PACO IBAÑEZ ALREDEDOR DE LAS VIVEMCIAS DE ADOLFO CASTAÑOS EN EL 86 CUMPLEAÑOS DE PACO IBAÑEZ, 20 de noviembre 2020. EN LA PAGINA DE AMIGOS DE PACO IBAÑEZ.
Hola, Miguel, hola amigos. Tal como me pides, voy a hacer una semblanza de mis recuerdos a partir de la figura de Paco.
Hablar de mí también es absolutamente necesario para definir la importancia que ha tenido Paco y su acontecer en mi obra vital, poética y como persona.
Yo escuché a Paco por primera vez, yo creo que tenía 14 años, en aquella televisión en blanco y negro, una noche cantando junto a Mari Trini, dos canciones cada uno. Mari Trini cantaba muy bien el “Ne me quitte pas”, de Brel y Paco cantó “Lo que puede el dinero” de Quevedo y “La canción del Jinete” de Lorca.
Y desde entonces fue una sacudida en mi psiquis. No puede decir que haya sido el causante de que yo haya sido poeta, pero sí una influencia muy grande. No sólo él con los poetas, pero esencialmente él. Serrat también ha contribuido lo suyo al amor a los poetas.
Pero la actitud de Paco Ibáñez ha sido consustancial para mí manera de entender la poesía.
Y digo la poesía porque yo entonces no quise ser cantante ni cantautor, sino poeta. Y a partir de ahí me dediqué a conocer la obra de los grandes poetas de la tradición y después también de otros.
Desde mediados de los setenta yo estoy recitando públicamente. Seguramente en mi recitado público, que incluye mis poemas y los de los poetas que conozco, Paco tiene una gran influencia.
La otra es Carlos Oroza.
Carlos Oroza, el llamado poeta maldito en esos años y referente en España de la generación beatnik americana, Ginsberg y compañía, fue el primer poeta que acompañó a Paco en su vuelta a España
Junto a Xavier Ribalta, también cantautor.
Oroza es la primera persona que a mí me da a conocer los rasgos fundamentales de Paco Ibáñez.
Y sobre todo me habla de su madre, Josefa Gorostidi, mujer como se verá esencial también en la obra y desarrollo de Paco.
Oroza, que en ese tiempo hacía broma de “la izquierda que buscaba los restos de Machado por la Castellana”, y había decidido ya no participar en ese movimiento llamado de protesta, me decía: -Es que esa mujer era otra cosa.
Mi vida poética la he hecho en paralelo a la obra de Paco Ibáñez, al cual físicamente apenas conozco, aún sí, lo he escuchado en más de treinta recitales.
Pero conozco bien a su familia de origen. Conozco a muchos exiliados de Auvervilliers, un suburbio al norte de París, donde ellos vivían. Conozco a muchos referentes del movimiento libertario, al cual pertenezco, que conocen bastante de la obra y vida de Paco Ibáñez.
Es desde ahí y esencialmente desde mi corazón y convicción que yo quiero señalar la importancia para la poesía, para la canción y para la dignidad humana, de la obra de Paco Ibáñez Gorostidi.
En este 20 de noviembre, dia de su aniversario, dia tambien de la muerte por asesinato de Buenaventura Durruti, referente para muchos entre los que me cuento, que en una entrevista a un periodista holandés, en plena sacudida de la guerra y la revolución, dijo aquello tan hermoso de que “hay un mundo nuevo en nuestro corazón”.
Paco Ibáñez ha servido a todo esto, más allá de que no fuera del movimiento libertario. Por eso, junto a mi admiración tiene mi cariño.
Hay un vídeo delicioso, Miguel, que tu nos ofreciste, donde Paco cantaba a Cernuda, mientras su madre pelaba patatas. Años antes, también en la post-cena, con la madre amorosa de la poesía y de sus hijos, Manolita, Rogelio y Paco, le dice a Paco; -canta esa canción de Lorca que antes me has cantado a mí.
Paco la canta, “mi niña se fue a la mar”, Rogelio le invita a repetirla dos veces. Paco le dice -pero por qué me la vuelves a hacer cantar? Rogelio les dice a madre y hermano: -De esto viviremos todos¡
Se ve el clan amoroso exiliado, poético y cultural, que tenía la familia Ibáñez-Gorostidi. Rogelio, que era muy de las tertulias de Montparnasse, donde sus amigos iban a veces a discutir con Jean Paul Sartre,,busca el contacto de Salvador Dalí, que algunos amigos suyos tienen.
Le muestra una grabación de Paco con canciones de Lorca y le pide que si Paco hace un disco sobre
Lorca, él lo podría prologar.
Dalí queda fascinado por la voz de Paco. Y efectivamente, hace un prólogo para ese maravilloso disco, donde reivindica a Lorca a la inversa, aparentemente criticándolo.
Yo cuando lo leí, quedé estremecido. Ahí se notaba el amor que se habían tenido.
Y reivindico en ello también a Dalí. Ese “ávida dolars” que visitaba a Franco, tiene la gallardía de apostar por Paco y defenderlo. No es cierto, por ello, que Dalí solo fuera “avida dolars”.
Cuando Paco y su madre deciden viajar a Barcelona para intentar desde España transmitir la poesía y las canciones, el viaje de Paco y doña Josefa Gorostidi es sufragado por los ahorros familiares.
Su hermana Manolita entonces era lo que en París se conocía como “madame pipí”, que era, ni más ni menos, estar al cargo de los lavabos de mujeres de la estación de Montparnasse, cobrando una pequeña moneda por ello. Esa bolsa llena de monedas servirá también para ese viaje.
Allí alquilarán un apartamento en las Atarazanas de Barcelona, que al cabo de unos meses no podrán pagar porque a Paco se le van prohibiendo todas y cada una de las actuaciones. Allí ha quedado con el tiempo reflejado el apoyo del gran Joan Manuel Serrat, que les ayuda a pagar los gastos de ese apartamento, antes de que Paco se lo pueda devolver.
En ese apartamento, mi hermano mayor en el poesía, Carlos Oroza, a veces gustaba de visitar a la madre de Paco, sobre todo cuando Paco no estaba. Oroza me decía “qué gran mujer, qué sopas de ajo me hacía!
Carlos había roto casi con todo lo que tenía que ver con poesía social y sobretodo con el partido comunista, el cual daba apoyo a Paco en aquel momento.
La madre le decía a Oroza: -Mi Paco es bueno, es mi hijo triste, es el mejor de mis hijos. Por suerte su padre no está contemplando ese apoyo del “partido de los chinos, que así eran conocidos los comunistas por los libertarios en Francia, porque su padre lo aceptaría, porque creía en la libertad, pero no le gustaría. Pero mi Paco es bueno, muy bueno y muy digno y tarde o temprano pondrá las cosas en su sitio”. Así sucedió con el tiempo venidero.
Paco desde entonces apoyó las políticas de las izquierdas todas, por ejemplo el mítin final de Mitterrand en el 74, cuando estuvo a punto de ganar a Giscard d'Estaing, contó con el apoyo musical de Paco Ibáñez en la actuación estelar de ese mítin.
Desde entonces Paco ya era descreido del fundamentalismo de las izquierdas y ya también una persona contra todo poder político arbitrario.
En los principios de la transición en España, hay una consigna que viene de la “trilateral”, donde aconseja que no se pongan en las radios y en las televisiones públicas las canciones de Paco Ibáñez.
Si se va entonces a las hemerotecas de los periódicos españoles de la época, se ve claramente la desafección que muchos sectores de la izquierda tienen por ese Paco rebelde.
“...Es que ha perdido voz, es que ya no canta...”
Paco entonces intenta pactar con los socialistas el proyecto de la carpa, que sería algo así desde la canción y otras artes, como la Barraca de Lorca y Cernuda en la República.
No se atreverán con el tiempo los socialistas a hacerlo.
Paco se refugia con su hermano Rogelio, su familia y otros bohemios en un taller que alquilan cerca del mercado de les Halles de París, donde hacen ebanistería, que era el oficio de su padre, a la vez que convierten el local en un centro de cultura alternativa.
Pasan unos pocos años. Y entonces el cantante catalán Xavier Ribalta, que ha conseguido un dinero por vía familiar, empieza a alquilar teatros en España para hacer recitales de Paco y de él.
Ya estamos hablando de mediados de los ochenta.
El verdadero reverdecer de Paco Ibáñez se produce en la fiesta que Raimon celebra por los treinta años de la canción “Al vent”, junto con compañeros de la canción significados, como Pete Seeger, Mikel Laboa, Ovidi Montllor, Daniel Viglietti, Luis Cilia y alguno más.
Allí es cuando Paco arremete contra los políticos que están en la primera fila y les dice aquello de que “vosotros estáis aquí por Raimon y la canción, y no viceversa”. Y cuando canta “la poesía es un arma cargada de futuro” dice aquello glorioso de “los que toman partido, partido hasta forrarse”.
Allí es el aldabonazo de una nueva generación que conecta con el corazón y el alma con Paco.
A partir de ahí es un reverdecer constante, sobre todo después de los diez o doce recitales en el teatro Borrás de Barcelona, donde ya es una eclosión con estas nuevas generaciones y algunos bastantes de las viejas que se vuelven a unir a la canción de Paco. Pocos años después fundará junto a su compañera Julia San Juan “A flor de tiempo”, donde se reconstituirá todo el trabajo anterior que ha quedado hasta entonces fragmentado. Ya a partir del 2000 la obra de Paco Ibáñez obtiene la difusión que al menos en cantidad no ha tenido hasta entonces. Y hasta aquí llegamos.
La dignidad de Paco Ibáñez quiero resaltarla junto a su rebeldía en dos anécdotas substanciales que revelan parte de su personalidad. En uno de sus primeros recitales en España a principios de los setenta en Valencia, en esa fase donde Paco no tiene dinero como para pagar su apartamento, actúa junto a Ribalta y Oroza en Valencia. Es boicoteado por unos grupos troskistas que cuando él canta “lo que puede el dinero” de Quevedo, le gritan “si, pero tu estás por el dinero...” Paco ni corto ni perezoso coge la guitarra y baja enarbolándola a decirles a los troskistas que se callen..
Ahí queda eso.
La segunda anécdota, y aún más deliciosa, se produce en Madrid, tras un recital en el Alcalá Palace junto con Ribalta. Paco, del que se conoce su furor anti-Mc Donalds, -estamos hablando del tiempo de Josep Bové-, se arma con unos pedruscos y arremete contra los cristales de un Mc Donalds. Es detenido por unos policías que lo llevan a comisaría. El comisario lo reconoce “pero usted no es el gran Paco Ibáñez? -El mismo que viste y calza. -Pero, hombre de dios, usted ya está mayor para estas cosas”. Paco arremete de palabra contra los McDonalds, el comisario mientras lo acompaña a la calle, le dice -hombre, yo lo entiendo, pero no me complique la vida, hombre”.
Decidme si no es deliciosa esa rebeldía junto a toda la sensibilidad de su vasta obra. Por eso y por tantas coas más, nuestro afecto hacia Paco.
Adolfo Castaños